En Estados Unidos, más de 460,000 niños son reportados como desaparecidos cada año, y de ellos, más de 200,000 son secuestrados.
Algunos por extraños. Otros por familiares.
Pero en todos los casos hay algo en común: el dolor de no haber estado preparado.

Muchos padres repiten después la frase que más desgarradora se vuelve con el tiempo:

“Si tan solo hubiera sabido qué hacer…”

Cada año también fallecen miles de personas sin dejar claridad sobre sus deseos, sus decisiones o sus planes para proteger a sus seres queridos.
Y cuando eso ocurre, el duelo no llega solo.
Llega con facturas médicas, deudas bancarias, gastos funerarios, y una montaña de responsabilidades que caen sobre quienes se quedan vivos, sumando frustración al luto.

La mayoría de estas tragedias no ocurren por negligencia, sino por desconocimiento.
Porque nadie les enseñó cómo prepararse.
Porque nunca les ofrecieron herramientas simples, humanas, gratuitas.

Por eso nació esta iniciativa.
No para vender nada.
No para crear miedo.
Sino para invitarte a conocer lo que muchas familias latinas aún no saben que existe:

• Kits de protección infantil y acción ante emergencias

• Guías familiares para organizar lo importante

• Apoyo para tomar decisiones en vida con respeto y claridad

Y todo sin costo.

Aquí no hay presiones ni compromisos.
Solo hay una conversación honesta para que puedas decidir con más información y menos miedo.

Porque proteger lo que más amas no debería ser un privilegio,
debería ser un derecho compartido con dignidad.